lunes, 21 de septiembre de 2009

Epistola sobre Margarita

Querido Lector,

Margarita es pervertida. Por sus venas corre tequila y de sus labios mana cítrico ácido que quema al sabor del frío. Margarita decide y lo hace, sin importar el fin, sin importar el medio. Pasión es su nombre y no tiene remedio.
Ya pudiera recitar un rosario con los nombres de los cincuenta amantes que ha tenido.
Todos y cada uno, incluyendo un primo y dos tíos, un hermano entero y otro medio.
Harto esfuerzo le ha costado coronar su numero cincuenta y uno, por mas que intente no cae, porque su victima no juega en sus grandes ligas, porque su alcance no es de tal tirante, porque su victima es su propio papá, su progenitor, el que puso el semen para su concepción, ese mismo, no miento, ese mismo es.
Cansada de planear estrategias de guerra, la pervertida Margarita se queda sin moción. Ya intentó la apertura de piernas al estilo Sharon Stone, la franela mojada sin sostén debajo, la lamida de dedos a lengua tendida, la amarrada de zapatos con retaguardia al sol, la pesadilla en la noche llamando a su papito, el accidente en la ducha cuando estaba en cueros, en fin, se le agotaron todas sus puterías, que risa, ja ja. Ya se que sueno como su peor enemiga de escuela al reírme, como a otra adolescente mas perra que ella y feliz de que no cederé el titulo de la pervertida del año. Pero, es que ser puta es una cosa, y ser pervertida otra.
El otro día me contó Sofía de Arreboles, su amiga morena sin tetas de décimo grado, que Margarita abrió un sitio Web llamado: www.hijasdelot.com donde relata todas las fantasías incestuosas que nacen de su frustración. Abuelos follando nietas, tíos sodomizando sobrinos, abuelitas masturbándose con los juguetes de sus nietos, papas besando a la Barbie de su hija, hijos oliendo en secreto los calzoncillos cagados de su papa, en fin, es asqueroso, monstruoso, y repugnante. No se para que lo cuento. Pero, si quería hacerlo para que descubrieran a Margarita, la incestuosa, la pervertida. Me contó también la que limpia su casa, que Margarita tiene un altar en su closet con fotos de su padre. Margie, como le llaman, enciende velas, ha intentado la santería, la magia negra, y aun así, su papá no cae en sus fauces. Ayúdenme a parar a esta perrilla, que no solo se pervierte, sino que se place en pervertir, en corromper, en maldecir.
Si la ven en la calle, no diré nada si le tiran piedras, no denunciaré, mas bien, apoyaré la causa. Si uno de estos días se pasea por el campo de béisbol, y tienen un bate en sus manos, no reaccionaré si confundieran la pelota con su cabeza llena de podredumbre, de pecado, de perdición.

Gracias por su apoyo y comprensión.

Atentamente,

Su mamá.