domingo, 29 de marzo de 2009

Guadalajara

Ruido de voces condenadas, olores de tierra que quiere ser desierto, corrientes de carne y hueso, maquinas más rápidas que las corrientes, amalgama de piedra y agua, nostalgia de un pasado glorioso, orgullo por un futuro con más gloria, huerta fértil a la semilla del levita, rostro pobre, indio, rico y mestizo, polis con cara de aldea: he aquí Guadalajara.
Sabor de un guiso rojo como la sangre, cerros sin ambición, del color de la tortilla; cadencia de pasos al son de la cuerda: he aquí Guadalajara.
El horizonte se ve huidizo, las torres lo irrumpen sin respeto alguno, el bochorno viola la frescura: he aquí Guadalajara.
El polvo viaja con la brisa sin pagar pasaje, la alegría se ofrece sin esperar propina, el mendigo apuñala con la ternura, la puta comercia con diez minutos de agitación, el domador de máquinas practica política, Domus Dei con ansias de cielo. El joto injusto encuentra su manada, el encantador de serpientes toca su instrumento, el mercader obliga la compra, el consumidor que se rehúsa y como en un mole de gente toda, he aquí Guadalajara.

3 comentarios:

  1. Maravilloso relato de viaje, buen Xavi. Y vaya estilo con el que lo narras.
    «Cerros sin ambición, del color de la tortilla»: me ha parecido una hermosa metáfora.
    Qué distintas imagino las montañas secas de Jalisco de estas de Cundinamarca que se asoman ahora mismo por mi ventana tan verdes y tan ambiciosas, queriendo tocar el cielo nebuloso.
    Cuando leo esos relatos quiero ir a ver lo que me cuentan. Ahora estoy deseando conocer Guadalajara como cuando leí a Borges, que deseé tanto conocer Buenos Aires. Como aún no he ido ni a una ciudad ni a otra, nos veremos en el Méjico o en la Argentina de los sueños...
    Enhorabuena.

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  2. Preciosa la ciudad tal y como la describes... parece muy concurrida y bulliciosa...
    Gracias por pasar por mi blog, desde hoy tienes una lectora más...
    Un saludo.

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  3. Fantástica semblanza de Guadalajara, me encantó.
    Pero mas me gustaría conocerla. Me encanta tu país, por ahora me conformo con la comida mexicana que se hace aquí. Siempre está la esperanza latente de poder ir. . .

    BESOS

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